Mi nombre es Gigi Argüelles y soy originaria de Matamoros, Tamaulipas, sin embargo llevo 32 años viviendo en la Ciudad de México. Soy miembro del Programa Amigos de los Grandes Maestros del Arte Popular desde su fundación en el 2012.
Tomé la decisión de ser una «amiga» porque siempre me ha encantado México y estar cerca de los artesanos pues considero que ellos son parte fundamental de nuestro México. Debo mencionar, además, que siempre he traído a mi México muy tatuado en mí.
Al ser parte de este proyecto una de mis principales labores es comunicar el trabajo de los artífices más destacados de México. Esa es la tarea que hemos desempeñando al presentar sus piezas como arte popular, dejando de lado el concepto artesanía. Los Amigos de los Grandes Maestros queremos darle un giro a la artesanía para que se vista como arte, a tal grado que la hemos llevado a Zona Maco, Design Week, y a una subasta en Nueva York. Hemos convencido a arquitectos y diseñadores para que integren piezas de los Grandes Maestros en su trabajo. Creemos que el arte popular puede decorar cualquier casa en esta Gran Ciudad o en Nueva York, no tiene que ser en una casa en Valle de Bravo, un rancho o una hacienda.
El año pasado organizamos con Fomento Cultural Banamex, una subasta de las piezas de los Grandes Maestros en la casa de subasta Phillips en Nueva York. La gente levantaba sus paletas y ofrecía hasta el triple del precio inicial de piezas como un Árbol de la Vida o un cofre laqueado de Olinalá. Nuestros artesanos estaban en el mismo nivel de Diego Rivera, porque en ese mismo evento se subastaron pintura de grandes artistas mexicanos. La gente sí valora el trabajo artesanal, tenemos que mantenernos y quedarnos ahí difundiendo el arte popular como un gran arte.
Cuando hemos llevado las piezas de los Grandes Maestros a Zona Maco sucede que los grandes artistas, los grandes galeristas están viendo las piezas de arte popular como verdadero arte, como nosotros queremos verlo y se las están llevando a Bélgica, se las están llevando a España, gracias a la perfección con que los maestros artesanos trabajan sus piezas. De hecho hemos empezado a convencer a personas que están muy enfocadas en el arte contemporáneo para que decoraren sus casas con arte popular, cuando jamás lo hubieran considerado. Mucho ha tenido que ver el hecho de convivir con el artesano, estar cerca de él y ver cómo se involucra en el proceso para hacer sus piezas. Precisamente esta es otra de nuestras acciones, organizar visitas a los talleres de los Grandes Maestros, las cuales tienen como objetivo que nuestros invitados comprendan el valor que tiene el arte popular. Además, con este tipo de actividades promovemos la compra de piezas directamente con los Grandes Maestros.
Los Grandes Maestros son artistas y grandes seres humanos que no quieren perder las raíces de México y por ello enseñan a sus hijos y nietos. Algunos están batallando porque las nuevas generaciones no quieren continuar el oficio o porque no ganan el mismo dinero que se pudiera ganar. Precisamente esa es parte de nuestra lucha porque estamos tratando que los Grandes Maestros enseñen a otros jóvenes, si sus hijos o nietos no quieren. De este modo, podremos ayudar a que el oficio artesanal se preserve.
Como Amiga también es mi deber apoyar a los Grandes Maestros en los Encuentros y en aquellos eventos donde participen. Los he acompañado en el Encuentro de los Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica, en especialidad de Tejido, también en el Encuentro de Barro y en el International Folk Art Market en Santa Fe, Nuevo México.
El ser parte de los Amigos de los Grandes Maestros del Arte Popular y el hecho de convivir con ellos, a quienes les he tomado gran cariño, me ha llevado a coleccionar sus piezas, las cuales me recuerdan todos los días los tesoros que las manos de México e Iberoamérica producen. Estoy muy orgullosa de los Grandes Maestros del Arte Popular, ya que gracias a ellos sobreviven hasta nuestros días tradiciones artesanales que forman parte de nuestra historia.