Visitamos el taller del Gran Maestro Marco Antonio Miranda Razzo


Marco Antonio Miranda Razzo en su taller de la Ciudad de México
Ciudad de México, México
Fotografía: Archivo Fomento Cultural Banamex, A. C.

 

Originario de Salamanca, Guanajuato, el Gran Maestro Marco Antonio Miranda Razzo actualmente trabaja y desarrolla sus piezas de cera, caña de maíz y plumaria en su taller de la Ciudad de México. Como parte de los objetivos de promoción y divulgación de los artistas y su obra, realizamos una breve entrevista al maestro sobre su trabajo de investigación sobre la caña de maíz y el uso que hace de este material para la realización de algunas de sus piezas más icónicas.

El Gran Maestro Marco Antonio Miranda es uno de los principales representantes del arte de la imaginaria en cera y ha logrado distinguirse como un artista polifacético que, además de trabajar la cera, moldea y crea piezas únicas con materiales como las plumas o la caña de maíz. Durante nuestra visita a su taller, el maestro nos explicó el proceso por el que pasan cada una de sus figuras realizadas en caña de maíz. Además de resaltar que el proceso de creación es laborioso, el maestro artesano señaló que los materiales pasan por una fase previa de preparación, donde la caña se prepara para un proceso de producción que da como resultado una figura moldeada.

El primer paso es la recolección de la caña de maíz. Para esto, hay que estar atentos a los procesos agrícolas, al tiempo de cosecha de las mazorcas; estar atentos cuando se corta el ciclo de la planta. Es distinto cortar la caña y dejarla secar en la tierra a como lo hacen los campesinos, que es doblarla y dejarla secar fuera de la tierra. Pero esa caña, para que sirva para la elaboración de las piezas, se debe de dejar secar bajo tierra. Una vez recolectada la caña de maíz, se debe pelar y después descortezarla para obtener la médula de la caña; parte resultante que se utilizará para realizar las piezas deseadas. El tamaño promedio de la medula es como se muestra en la siguiente fotografía:

 

Taller del Gran Maestro Marco Antonio Miranda
Ciudad de México, México
Fotografía: Amigos de los Grandes Maestros del Arte Popular.

 

Una vez descortezada la caña de maíz, viene el proceso de fumigación. En esta fase se prepara una infusión de plantas venenosas para “fumigar” la caña y dejarla con preparación base; evitando de esta manera la proliferación de xilófagos (polillas y termitas). Las plantas venenosas que pueden utilizarse son la tijerilla, el laurel venenoso o las hojas de oreja de elefante, entre otras. Estas plantas tóxicas se deben utilizar para dejar preparada la caña y la polilla o xilófagos no la penetren. El Gran Maestro explica que las figuras de los siglos XVI al XVIII que se encuentran en buen estado, demuestran que fueron fumigadas por medio de este mismo procedimiento, es decir, se realizaron a partir de proceso correcto de limpieza y fumigación a partir de dichas plantas venenosas. Después de esto, ya están listas para el proceso de unión, donde se forman los hazes –conjunto de cañas de maíz unidas por medio de un aglutinante natural–.

 

Taller del Gran Maestro Marco Antonio Miranda
Ciudad de México, México
Fotografía: Amigos de los Grandes Maestros del Arte Popular.

 

A partir de esta etapa, se pasa a la fase de producción de la pieza. Se prepara el pegamento con orquídea, que debe estar ya procesada y lista en polvo, o en su defecto fresca y obtener su jugo para poder mezclarse y realizar el adhesivo. El procesamiento de la orquídea requiere de meses de preparación y cuando ya esta procesada, este polvo se mezcla con agua y después con una brocha se va untando en las cañas para irlas pegando, y así formar los hazes. Después de esto, las hazes se dejan secar al sol para después comenzar con el proceso de modelado.

Para este momento, las médulas pegadas se encuentran listas, y del grosor correcto, para el modelado de la pieza que se pretende realizar; el labrado comienza para irle dando forma a la pieza. Marco A. Miranda nos explicó que el polvo que se desprende durante esta fase es tan fino que debe utilizar un paliacate para cubrirse la boca y la nariz. El modelado, a base de raspado y lijado, va dando la forma deseada a la figura; en esta fase se realizan los trazos más burdos, para después ser perfeccionados más adelante con la pasta de caña de maíz.

Los detalles más finos y pequeños de la pieza se realizan a partir de la elaboración de pasta de caña de maíz, la cual se hace por medio del polvo residual que resulta del procedimiento anterior; este se combina con agua, mucílago de orquídea y carbonato de calcio. Con esta pasta las partes pequeñas de la pieza se van modelando, a mano o con una pequeña herramienta –de madera, hueso o metal– que ayuda a dar más precisión a las formas deseadas.

 

Marco Antonio Miranda Razzo en su taller de la Ciudad de México
Ciudad de México, México
Fotografía: Amigos de los Grandes Maestros del Arte Popular.

 

El Gran Maestro Marco Miranda explica que no existen piezas de caña de maíz únicamente, todas las piezas antiguas se realizaron de caña y de pasta de caña. Con la caña se tallan todas las partes burdas y con la pasta, los detalles más finos. El recubrimiento de pasta de caña se coloca solamente cuando la pieza ya esta tallada. Además, la pasta tiene que tener una consistencia en masa para poder utilizarse. Después de modelar y recubrir la pieza con pasta de caña se lija para darle un acabado más terso.

Una vez realizados los detalles con la pasta de caña de maíz, se deben cohesionar las piezas que van a forman la figura en su totalidad. Para realizar este procedimiento, el Gran Maestro utiliza diversas fibras naturales, sin embargo, aquella con la que más trabaja es el papel amate.

Terminando de adherir todas las piezas –brazos, piernas, cabeza– a la figura principal, se debe realizar el estucado; procedimiento que se realiza con una pasta hecha de cola de conejo y carbonato de calcio. Se agregan diversas capas de esta imprimatura a la pieza y se van lijando para obtener una superficie lisa. Después del estucado y sobre él, se realiza la parte de la «encarnación». En esta fase se prepara un temple de grana cochinilla. El maestro muele la grana cochinilla y mezcla el polvo resultante con aceite de aje. La grana cochinilla la consigue en Oaxaca, Puebla, Morelos e Hidalgo. La fase de encarnación puede llevar hasta 15 días, ya que esta se hace a partir de capas o transparencias.

 

Piezas en caña de maíz
Ciudad de México, México
Fotografía: Amigos de los Grandes Maestros del Arte Popular.

 

El último proceso para la elaboración de las piezas es la vestimenta. Si serán piezas «de vestir» o talla completa, se le pregunta al cliente cómo la quiere, de papel amate o decorada de cierta forma. También, la pieza puede ir vestida de pluma; este procedimiento pasa a ser una aportación original del Gran Maestro, ya que la plumaria es otro arte que domina desde años atrás. Entonces, la pieza puede ser de tela, de papel o de plumaria. El maestro Marco Miranda confecciona las costuras, los mosaicos de plumas (donde los colores y tamaños de la pluma son naturales y sin recorte) o realiza los tintes y temples que deben utilizarse para pintar el papel amate.

 

Marco Antonio Miranda Razzo
Misterio, 2005
Salamanca, Guanajuato, México
Col. Fomento Cultural Banamex, A. C.
Fotografía: Édgar Espinoza Ulloa Mondragón

 

Por ende, el proceso por el que pasan las figuras de caña de maíz se desarrolla en los nueve pasos siguientes:

  1. Recolección
  2. Fumigación
  3. Pegamento/Realización de hazes de cañas
  4. Modelado
  5. Detalles finos con pasta de caña
  6. Cohesionado de la pieza
  7. Estucado
  8. Encarnado
  9. Vestimenta

El Gran Maestro aprendió estas técnicas de forma autodidacta y con apoyo, como aprendiz, de otros maestros artesanos. Nos cuenta que cuando quiso investigar más sobre el arte plumario, debió leer textos antiguos de autores como Fray Bernardino de Sahagún y Bernal Díaz del castillo; los cuales hablaban y hacía referencia a las técnicas que tenían los antiguos para la realización de algunas piezas con plumas y con otros materiales, como la caña de maíz.

Fue aquí donde Marco Miranda comenzó su estudio y experimentación por la técnica. Tiempo después, más o menos hace 18 años, el maestro entró en contacto con el artesano don Antonio Hernández González, quien le proporcionó algunas bases de práctica , documentación, práctica y experimentación de la técnica de caña de maíz. Su maestro, recuerda, desconocía el método del pegamento con la orquídea; “la tenía como un mito urbano”. Fue un proceso de aprendizaje muy largo con este maestro, recuerda el artesano Marco Miranda, ya que era muy receloso de sus conocimientos y tardo mucho en transmitírselos.

 

Taller del Gran Maestro Marco Antonio Miranda
Ciudad de México, México
Fotografía: Amigos de los Grandes Maestros del Arte Popular.

 

Para finalizar, el maestro Marco Miranda explica que este tipo de artesanía es endémica de México, según sus estudios e investigaciones. En España existen piezas y esculturas livianas que se elaboran con papel, pero éstas corresponden a la técnica de la cartonería (Son conocidas como piezas «de papelón»). El rescate de esta técnica de caña de maíz se da durante la época de la conquista, ya que los españoles pretendían utilizarla para elaborar piezas religiosas que pesaran menos y pudieran utilizarse fácilmente en procesiones, como una herramienta de evangelización. Actualmente, el Gran Maestro solamente conoce artesanos que trabajan esta técnica en Michoacán; sin embargo, aún cuando estas figuras se asimilan a las que él realiza, las formas de producción, señala, son diferentes.

 

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