Apolinar Hernández, maestro originario de Tenancingo, Estado de México, dedica la mayor parte de su tiempo al tejido de fibras naturales. Él aprendió el oficio de su padre y lo enseñó a su hijo Javier, con quien actualmente trabaja a manera de equipo, conservando la tradición familiar de tres generaciones. Ellos adquieren varas de sauce, romerillo o sabino que después clasifican, limpian y azufran para llevar a cabo el tejido de preciosas canastas. El esmero y trabajo de Apolinar lo llevó a ser nombrado Gran Maestro de Arte Popular por Fomento Cultural Banamex y posteriormente a obtener mención honorífica en el Gran Premio de Arte Popular en 2010.
Apolinar Henández Balcázar y su hijo Javier. Rama: Fibras naturales. Especialidad: Fibras duras (varas). San Martín Coapaxton, Tenancingo. Estado de México.
Para dar vida a una canasta, el maestro Apolinar busca un lugar fresco para sentarse a trabajar las varas de romerillo, sauce, de sabino, de chocolatero o de tlalixtlacote. El primer paso es separar las varas en manojos que deben tener un largo y grosor similar. A veces compra las fibras, pero en otras ocasiones es él quien las recolecta en el campo. Las fibras deben remojarse para que puedan ser manipuladas fácilmente en el proceso del tejido. Una vez remojadas, las manos de Apolinar comienzan a tejer y van formando una cesta. La habilidad de Apolinar le permite, si así lo desea, combinar tejidos y materiales. Sus diseños pueden ser diagonales, cruzadoss, geométricos, triangulares, circulares y hasta en zigzag.
Canastas de Apolinar Hernández Balcázar y Javier Hernández Flores. Izquierda: Ramas de romerillo en tejido plano, 1998. Derecha: Varas de sauce en tejido plano, 1996. San Martín Coapaxtongo, Tenancingo, Estado de México. México. Col. Fomento Cultural Banamex, A. C.
Apolinar tiene una agenda para la elaboración de canastas, ya que el domingo es el día en que salen a vender sus productos. Por tanto, la semana siempre empieza con la adquisición de las fibras. En medio de la semana, Apolinar y su hijo Javier clasificas las fibras, las limpian y las azufran (proceso que otorga un blanqueamiento e impide la aparición de hongos en las fibras). Es así como un día antes del domingo tienen listas las canastas que venderán.
Toda la familia de Apolinar, así como otros artesanos de su comunidad, se dedican al tejido de las fibras naturales, obtenidas de ciertas plantas locales. Entre sus creaciones encontramos canastas, cestos, tortilleros y fruteros, así como un tipo de petacas, cestos para huevos y canastitas para regalar en fiestas. Las piezas las comercializa, básicamente, en los mercados del estado o las vende directamente en su casa a clientes o intermediarios; sin embargo, uno de los sueños de Apolinar es poder montar su propia tienda para exhibir sus piezas. Actualmente, ha tratado de inculcar a sus hijos el amor a esta actividad y ha enseñado a muchos jóvenes el tradicional arte de tejer cestos, como él lo aprendió de su padre, y éste de sus antepasados.
Fuente:
Grandes Maestros del Arte Popular de México
Coordinado por Cándida Fernández de Calderón
Editado por Fomento Cultural Banamex, A.C., 1998
Apolinar Henández Balcázar
Rama: Fibras naturales
Especialidad: Fibras duras (varas)
Entidad: Estado de México
Población: San Martín Coapaxton, Tenancingo
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