Las piezas elaboradas por el Gran Maestro Agustín Cruz Tinoco, originario de San Juan Otzolotepec, Oaxaca, mezclan el humor con la iconografía religiosa y se han transformado en obras de arte con un alto valor tradicional y cultural, además de mostrar una técnica de gran calidad y labor manual. La madera es el elemento en el cual se materializan las distintas escenas planeadas por el Gran Maestro; su labor como tallador ha alcanzado reconocimientos nacionales e internacionales, brindándole la oportunidad de destacar en diferentes entornos donde el arte popular es altamente apreciado y valorado.
Las detalladas y coloridas obras del maestro son el resultado de su temprana inquietud e ingenio que comenzaría a la edad de 20 años, donde por curiosidad y de manera autodidacta, aprendería a tallar madera y a realizar sencillas figuras que más adelante encontrarían su camino a piezas de mayor tamaño y calidad. El maestro Agustín señala que “al principio fue muy desconsolador, ya que tuve que tocar varias puertas antes de que mis piezas se conocieran y fueran aceptadas”. Sin embargo, su perseverancia lo llevó a mejorar sus obras y con el tiempo comenzar a destacar y distinguirse por una calidad excepcional y con un sello personal realmente original. Este camino lo llevó a especializarse en la realización de Nacimientos, retablos y comparsas, cada pieza con ideas mayormente complejas.
En su taller, ubicado en su propia casa, trabaja junto con su familia: su esposa Clotilde Prudencio Martínez, sus hijos y sus nueras. A sus hijos y a él les corresponde tallar la madera con machetes, punzones y cuchillos, mientras que sus esposas tienen la labor de pulir y decorar las piezas con pinturas acrílicas, dándoles el acabado final. La tarea comienza con la elección del tipo de madera –el Gran Maestro siempre intenta sacar provecho de las cualidades del pino, carrizo, cedro y caoba–. Agustín Cruz Tinoco se deja llevar por su imaginación y, al tener una idea clara de la figura, toma el machete y comienza a desbastar el trozo de madera para ir dando los caracteres necesarios para la forma inicial de la pieza.
Posteriormente, comienza el tallado de la madera con una navaja filosa hasta alcanzar la figura imaginada. Cuando termina el proceso de tallado con la navaja, empieza a pulir la pieza con limas y lijas de agua, hasta llegar a formar una superficie lisa y tersa. En este punto, el Gran Maestro deja secar las piezas por tres o cuatro días, para después continuar con el proceso de curación. La curación consiste en sumergir las figuras durante toda una noche en una mezcla de combustibles, como diesel y gasolina, con el fin de proteger la madera de las polillas. Al día siguiente se sacan las esculturas y se dejan secar al sol, se les resana para quitar cualquier imperfección –o mancha– en la madera. A partir de aquí, comienza el proceso del decorado.
El decorado inicia con el color de fondo, el cual se realiza con colores fuertes y encendidos con un determinado tipo de pincel. Después, se deja secar. Para los detalles de la vestimenta y de los gestos, se emplean espinas de maguey y agujas; de esta manera se logra, en cada una de las piezas, el relato de una historia impregnada del sentido del humor e ingenuidad. Siempre en su búsqueda por realizar piezas originales y únicas, el Gran Maestro ha experimentado un derroche de creatividad en el sinfín de coloridas y divertidas piezas de ángeles, muertes, diablos, santos y animales.
Don Agustín es conocido por ser un hombre generoso, con un gran espíritu de enseñanza que ha querido desenvolverse capacitando grupos de alumnos para poder ofrecerles sus conocimientos sobre la labor de la talla de madera, pero sobre todo una fuente de empleo. Gracias a su dedicación, paciencia y esmero, ha recibido varios premios y reconocimientos en diversos concursos, como en el Nacional de Nacimientos Mexicanos, el de Arte Popular Oaxaqueño y en el Gran Premio de Arte Popular.El maestro Agustín muestra en su rostro la bondad y el oficio de artesano, y con sencillez señala: “Me falta todavía mucho, uno nunca acaba de aprender”.
¿Te gustaría visitar el taller del Gran Maestro y/o adquirir sus piezas?
Consulta el directorio de artesanos.
Venta de piezas aquí.
Fuente:
Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica, Tomo II
Coord. Cándida Fernández de Calderón, 2013.
Editado por Fomento Cultural Banamex, A.C.