El barniz de pasto es una técnica indígena ancestral, comenta Eduardo Muñoz. Este barniz surge del nacimiento de una hoja en un árbol silvestre en la selva del amazonas. En ese árbol,  llamado mopa-mopa, nace una especie de gomita cristalina –un poco más pequeña que la yema de un dedo– y se le ve adentro la nervadura de una nueva hoja – el esqueleto de la hoja–.  Cabe mencionar que, si se les deja crecer,  la nervadura y la gomita se alargan y se convierten en hoja . Por tanto,  la materia prima del maestro Eduardo es una hoja recién nacida que tiene forma de gomita.

Eduardo Elías Muñoz Lora
Ánfora (detalle), 2009
San Juan de Pasto, Pasto, Nariño, Colombia
Col. Fomento Cultural Banamex, A. C.
Fotografía: Sebastián Crespo

Para crear el barniz, se van tomando estas gomitas y se van pegando entre sí. Se hace un bloque de muchas gomitas pegadas. De ahí viene la purificación, la cual consiste en separar la nervadura –que en este caso es la impureza–. Antiguamente los indígenas se echaban a la boca las hojas, las masticaban y escupían la nervadura.

En la modernidad, el barniz se macera, se cocina y se machaca para reventar las gomitas y que salga la impureza. Este proceso se repite muchas veces hasta que queda puro el barniz. De este modo, se obtiene una masa verde y cristalina.Después viene viene el teñido de esta masa. Se van tomando pedazos para teñirlos de varios colores con tintes naturales o anilinas. Así, quedan varios pedazos de varios colores y cada uno se cocina nuevamente. Otra persona debe sacarlos de la olla y amasarlos mientras están calienten. Posteriormente, se hace una tortilla que se va estirando hasta formar telas de varios colores.

Eduardo Elías Muñoz Lora
Ánfora, 2009
San Juan de Pasto, Pasto, Nariño, Colombia
Col. Fomento Cultural Banamex, A. C.
Fotografía: Édgar Espinoza Ulloa Mondragón

En este punto ya debe estar trazado un dibujo sobre una superficie de madera, para comenzar a recortar con un cuchillo las telas, cuyos colores darán vida al dibujo. La mayoría de los diseños de Eduardo Muñoz están inspirados en los indígenas, a quienes considera sus «hermanos mayores olvidados».