Esteban Abán Montejo

Esteban Abán Montejo
Izamal, Yucatán, México
Fotografía: Alberto Cáceres Zenteno

 

La creatividad que desborda de las manos del Gran Maestro Estebán Abán Montejo se ve completada con los años de investigación que el maestro ha invertido para la realización de piezas, sobre todo joyería, con semillas de cocoyol y dzibul, y espinas de henequén.

Estaban Abán, originario de Tekal de Venegas, municipio de Izamal, Yucatán, descubrió desde pequeño su innato don de la creación. Primero, su inquieta creatividad lo llevó a introducirse en el arte del tallado sobre piedra y, sucesivamente, de manera autodidacta, incursionó en otras especialidades. Durante el tiempo en el que el Gran Maestro vivió en Cozumel, Quintana Roo, conoció el coral negro y la técnica de la joyería. A su vuelta a la ciudad de Izamal, con su gran imaginación y sentido de lo armónico y lo bello, don Esteban se dedicó a crear piezas diversas de adorno personal, entre las que destaca la producción de collares, pulseras, aretes, anillos y rosarios.

Esteban Abán Montejo
Collar/Collar de doce hilos, 2006
Izamal, Yucatán, México
Col. Fomento Cultural Banamex, A. C.
Fotografía: Édgar Espinoza Ulloa Mondragón

 

En los montes se encuentra su materia prima: va directamente en búsqueda del cocoyol, el dzibul y el henequén, aunque en ocasiones les solicita a los campesinos que los recolecten cuando van a sus milpas. Una vez que tiene el cocoyol, lo deja secar por más de un año; ya seco, descorteza y retira la semilla; elige las más duras, las perfora con la máquina y luego las pule con lijas especiales hasta darles la forma deseada y sacarles brillo. El dzibul lleva un proceso similar, pero tiene una corteza más suave.

El trabajo con el espino del henequén es más complicado, pero no por eso menos atractivo para el maestro Esteban, quien ha encontrado en este producto el distintivo de su trabajo. El espino lo corta, lo pule y lo perfora para utilizarlo en piezas de joyería. En ocasiones combina sus principales materiales con otros como el cuerno de toro, las astas de venado o el hueso, tomando en cuenta su color, el tamaño, la forma, el contraste. Con un engarce de hilos de seda de plata, que él mismo ha procesado en el laminador, obtiene una combinación equilibrada.

Al frente, en una pequeña sala que le ayudó a construir el Programa de Apoyo al Arte Popular de Fomento Cultural Banamex y la Fundación de Haciendas del Mundo Maya, don Esteban exhibe con orgullo su creativa y hermosa joyería. Su historia de éxito es una de las más destacadas del programa de Fomento Cultural Banamex. Su evolución, desde las pequeñas y hermosas piezas que vendía en la plaza del pueblo hasta el taller y el muestrario que ha logrado hoy, se debe a que ha sabido aprovechar las sugerencias y la capacitación que ha recibido.

 

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Fuente:
Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica, Tomo I

Coord. Cándida Fernández de Calderón, 2013.
Editado por Fomento Cultural Banamex, A.C.

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