Los Grandes Maestros Felipe y Leonardo Linares, originarios de la Ciudad de México, son herederos de la tradición popular de la cartonería, como legado de su padre don Pedro Linares. El maestro artesano don Pedro Linares transmitió a sus descendientes, además de un oficio familiar, el amor a la elaboración de objetos artísticos hechos de papel y cartón. Felipe, como su hijo, y Leonardo, como su nieto, han conservado el legado del maestro y se han convertido en artistas de talla internacional, ganando premios por su excepcional trabajo y dedicación artística.
La calidad del trabajo de los Linares es extraordinaria. De una manera totalmente original, Felipe y Leonardo han logrado rescatar esa excepcional visión que don Pedro Linares tenía para captar temas tradicionales ligados a la realidad de los grupos populares mexicanos y plasmarlos en obras de cartón. Los alebrijes fueron las figuras que hicieron a esta familia famosa a nivel nacional e internacional; sin embargo, la calidad de su labor también se encuentra impresa en sus representaciones de calaveras y en sus judas.
El trabajo de los Grandes Maestros refleja una visión tradicional mexicana que permanece latente en diferentes representaciones plásticas del arte popular: la dualidad entre la vida y la muerte, a través de esta dualidad se insertan otras más como la de horror y humorismo, belleza y fealdad, etc.
Para la elaboración de las figuras en cartonería, primero se comienza recortando papel periódico y de estraza en pequeños trozos que después serán adheridos al molde que le darán forma a la pieza; la técnica que utilizan para añadirlos es intercalando el papel de estraza –papel más grueso– con el papel periódico. Antes de pegar los papeles, se debe recubrir el molde con una capa de cebo para que los primeros no se adhieran de manera definitiva al molde. El papel se va pegando con engrudo –mezcla espesa de agua con harina que se hierve hasta llegar a la consistencia deseada–.
Para piezas de gran tamaño se construye un armazón o “alma” de alambre o carrizo. Al secar el papel, con un instrumento filoso se hacen diferentes cortes estratégicos para lograr sacar el molde; las fisuras que se hagan por estos cortes se resanaran con pegamento y más papel. Después, se agrega a la pieza pintura blanca o blanco de España en toda la superficie, para blanquear y brindarle mayor rigidez y firmeza a la pieza. El proceso finaliza cuando el artesano pinta la figura a su gusto con anilinas o pinturas de aceite, dando un toque personal y artístico según la imaginación del artesano.
El cartón en las manos de los Linares es una obra de arte con una creatividad indiscutible que transmite un mensaje a partir de las diferentes tradiciones populares representadas en su trabajo, a través de una mezcla de sátira, humor y optimismo ante la vida. El taller de los Linares se ha mantenido fiel a sus orígenes –con don Pedro– donde la representación de las tradiciones populares de antaño siguen siendo inspiración para la creación de sus obras. De igual manera, la creación de figuras fantásticas, que les dieron renombre nacional e internacional, se han convertido en su sello personal en la actualidad; su labor continúa a través de la creación de figuras clásicas y de su incursión en nuevos diseños, coloridos y materiales.
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Fuente:
Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica, Tomo II
Coord. Cándida Fernández de Calderón, 2013.
Editado por Fomento Cultural Banamex, A.C.
Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano
Coordinado por Cándida Fernández de Calderón, 1998.
Editado por Fomento Cultural Banamex, A.C.
SAMURFIT CARTÓN Y PAPEL DE MÉXICO S. A. DE C. V. De cartones. El cartón y el papel en el arte popular mexicano. Editado por Elena Horz de Sotomayor. Cd. de México: Smurfit, 2003.