Originario de Santa María Ajolopan (Estado de México), el Gran Maestro René Ángeles Navarro es considerado un caso excepcional dentro de la rama artesanal del trabajo de la madera. El maestro destaca por ser autodidacta en su aprendizaje, ya que para enriquecer sus conocimientos técnicos y estéticos dedica gran parte de su tiempo a la investigación en libros, museos, exposiciones y ferias, una curiosidad innata que en su momento también pudo satisfacer gracias a que tuvo la oportunidad de apreciar muy de cerca las colecciones de arte popular tanto de María Teresa Pomar como de Ruth Lechuga, ambos ricos acervos llenos de ejemplares notables. “Tuve la gran fortuna de que la maestra Pomar me instruyera en cuanto a técnicas y materiales.” Observar y analizar, ésas han sido sus principales fuentes de inspiración.
En el año de 1997 recibió su primer Galardón Nacional en el concurso Gran Premio de Arte Popular Mexicano, con un hermoso bargueño que hoy en día pertenece a la colección de Fomento Cultural Banamex, A.C. Por su trabajo refinado y bien logrado, el maestro René ha sido objeto de múltiples reconocimientos, con premios y galardones importantes, y sus obras han participado en las exposiciones de arte popular de Fomento Cultural Banamex, tanto de México (1998) como de Iberoamérica (2012).
Las maderas que emplea en su minuciosa labor de taraceado son las del cedro rojo, el nogal y el wengué, entre otras. Y el material de incrustación es por lo general concha de madre perla y hueso de vaca. René empieza el proceso de elaboración ideando el diseño de la pieza que va a realizar (un alhajero, un arcón, un bargueño, una cajonera), junto con la ornamentación que irá incrustada, para lo cual crea plantillas de recorte. Pule la concha para retirar la capa calcárea y dejar al descubierto únicamente la parte brillante, para luego proceder a recortar las figuras. El hueso lo hierve para eliminar residuos de carne y grasa, para después laminarlo con una sierra, obteniendo así pequeñas placas de grosor uniforme, las cuales se recortarán posteriormente para formar las figuras deseadas.
Después el proceso sigue cuando el maestro artesano marca la pieza de madera con el diseño seleccionado y pasa al trabajo de incrustación de piezas; cada una de ellas debe estar marcada individualmente, para posteriormente hacer el desnivel mediante formones, para que sean exactos, logrando la forma y la profundidad requeridas. Después, se introducen y se pegan. Una vez que ya se han incrustado las piezas en su totalidad, se procede a lijar la pieza para retirar los excedentes. De acuerdo con el diseño, algunas veces hace falta grabar, esgrafiar o pirograbar. El último paso es barnizar y colocar los herrajes, que pueden ser comerciales o forjados artesanalmente.
Casi la totalidad de los diseños que el Gran Maestro realiza son propios, no obstante en una combinación de elementos que retoma de muebles antiguos y formas de su propia inspiración va armando los diseños: “Al tomar como referencia elementos antiguos, se refleja no solamente una composición armónica sino también la identidad de un pueblo, una región, un país”.
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